lunes, 14 de agosto de 2017

200 días y conteo: órdenes ejecutivas (ambientales de Trump).

200 días y conteo: órdenes ejecutivas (ambientales de Trump).

Por Dan Farber

 

 

El Presidente Trump ha publicado una inundación de órdenes o decisiones administrativas. Algunas están "llenos de sonidos y furia." Sin embrago, no significan nada. En verdad  muchas de ellas  conciernen a  acciones en las que él no tiene competencia para adoptarlas por sí mismo. En lugar de eso, se relacionan con responsabilidades que el Congreso le dio a una agencia administrativa como la Agencia de Protección Ambiental, no la Casa Blanca.  Hay algunas excepciones, pero en el área medioambiental, en egeneral, no tienen probabilidad de tener enormes impactos.

A menudo, cuando usted lee que Trump ha vuelto atrás las anteriores reglas, nada de eso ha ocurrido. Más bien, el Presidente les ha pedido a las Agencias que consideren una reducción de regulaciones y dejarlas sin efecto, pero nada cambiará legalmente hasta que la Agencia haya pasado sus decisiones de revisión a través de los métodos requeridos y sean  sostenidas en los Tribunales. Así, la mayor parte de las órdenes de Trump – y hay muchas  – - no tendrán ningún efecto legal real. De hecho, los actos y decisiones administrativas son cuidadosamente redactados como sugerencias en vez de órdenes para las  Agencias. Por supuesto, desde que estas sugerencias vienen del Jefe, las cabezas de las Agencias van a poner  mucho cuidado en el caso. Pero Trump pudo haber hecho básicamente lo mismo con un twitter o una llamada telefónica al Director de la Agencia. Para  implementar la acción ordenada por Trump  y revocar una regla existente, la Agencia tendrá que pasar a través de los mismos métodos de revisión legal que hacen falta pasar para aprobar una regla nueva.  En términos de las relaciones públicas, sin embargo, el Presidente consigue un impacto más grande manteniendo una ceremonia pública, firmando un documento impresionante, y anunciando que él es el autor e un cambio principal en la política. El Presidente Trump no es el primer presidente en hacer eso.

Hay algunos actos administrativos que   tienen importancia. Las órdenes de Trump con mayores consecuencias son algunas que revocan decisiones  administrativas de Obama en los temas como cambio climático. Un Presidente unilateralmente no puede revocar una regulación de la Agencia (EPA), salvo en los pocos casos donde el Congreso le ha dado autoridad para hacer eso. No obstante, el Presidente puede revocar una decisión administrativa de su predecesor. (Obviamente, aquí radica una de las debilidades de gobernar por órdenes ejecutivas – a veces sobreviven al término del Presidente que las adoptó tan sólo por algunos días). De esta manera, el Trump desarticuló un grupo de trabajo creado por Obama para estimar el costo social del carbono, y rescindió las estimaciones previas del grupo de trabajo. El grupo de trabajo había sido un esfuerzo de la Casa Blanca para proveerle una guía a las Agencias, y Trump tuvo libertad para terminarlo. Pero estas órdenes son excepciones.

Hay, sin embargo, una orden de Trump que intenta hacer cambios mayores al proceso regulador.  Este acto administrativo particular ha estado en la lista de peticiones de conservadores que están deseosos de evitar reglas nuevas. Requiere a las Agencias que revoquen al menos dos reglas para cada regulación nueva y también le pone un límite o tapa a los costos combinados de  todas   las reglas que la Agencia expida en un año dado.  La meta, claramente, fue hacer  realmente difícil  la adopción y publicación   de reglas nuevas. Colocando una barrera aun más alta a regulación, la gorra el primer año es cero. Eso significa que eso para publica una regulación nueva, la agencia necesita revocar dos reglas existentes que han combinado conformidad que costos igualan para la nuevo.

Cómo surtiría efecto esto? Supongamos que una Agencia considera proponer una regulación que produciría $2 billón de beneficios con un costo de $1 billón. Tiene que encontrar al menos dos otras reglas cuyos costos lleguen a $1 billón. Encontrar dos o más de tales reglas puede no ser fácil. Asumiendo que puede encontrar las reglas, luego se encuentra en la posición de tener que manejar tres procedimientos para crear la nueva regla, y defender todo, o sea los tres en los Tribunales. Así es que es el triple de duro de adoptar la regla que la Agencia realmente quiere publicar.  Es decir que el esfuerzo tomará mucho más tiempo o nunca ocurrirá del todo, aplazando o eliminando el $1 billón en prestaciones sociales que la regulación nueva podría crear.

Esto es, como mínimo, una idea realmente mala.  También es una señal de la avidez de los conservadores para trabar algunas reglas más en el negocio, sin tener en cuenta qué tan justificado esas reglas pueden ser. No obstante, el impacto práctico que probablemente tengan  en lo inmediato las órdenes ejecutivas o actos administrativos de Triunfo tiene probabilidad es limitado. Pero, las Agencias no tomarán medidas de cualquier manera para proteger el medio ambiente si posiblemente lo pueden evitar (…)

Trump ya ha publicado actos  y órdenes administrativos  en la mayor parte de los asuntos sensacionales en materia de regulación medioambiental.  Así es que somos propensos a creer que se verán  pocos más de estos esfuerzos en  adelante, simplemente porque realizó sus objetivos políticos.  Y como yo he explicado, las órdenes que él ha expedido hasta ahora son en su mayor parte diseñadas para propósitos de relaciones públicas sin  en cuenta cualquier efecto legal real.

( Posted  August 14, 2017 6:40 am por Dan Farber en Legal Planet, traducción libre de SOSECOSFERA)