jueves, 18 de junio de 2015

Medio Ambiente hoy: Volver la mirada y el corazón a Francisco de Asís

LEA AQUI TEXTO COMPLETO DE LA ENCICLICA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy, 18 de Junio de 2015, SOSECOSFERA participa de la expectativa mundial por la difusión que, desde el Vaticano, en los próximos minutos se hará de la Encíclica del Papa Francisco sobre  la problemática ambiental.
En este momento en que la Iglesia Católica se expedirá, por primera vez  desde ese nivel de Magisterio, de una manera sistemática,  sobre las cuestiones del medio ambiente y el clima, el Papa ha querido unir Su Mensaje  a la evocación de la figura del Hermano Universal, del "mínimo y dulce Francisco de Asís", tal como lo llamó el Gran Ruben Darío en "Los motivos del lobo".
Todos los años, en nuestras clases en la Universidad Católica del Uruguay,  recurrimos precisamente a la imagen de Francisco de Asís, para ejemplificar –encarnado- al Paradigma Ambiental. El valor "fraternidad" de la persona humana abierta a la perspectiva planetaria, marcando  la donación de la criatura inteligente y responsable para la salvación de la Casa que es Común a otros seres y a las cosas, es el eje  del mensaje que en el siglo XIII del Occidente Europeo,  Francisco proclamó. Lo hizo  cuando ya en las ciudades italianas que conocía comenzaba el lento pero definitivo desarrollo de la economía dineraria y capitalista hacia la hegemonía mundial,  hacia la construcción de la civilización materialista y consumista bajo la cual se estructura la vida hoy, bien defendida desde los fundamentalismos liberales,  socialistas y progresistas, que basculando por doscientos años entre los valores de la libertad y la igualdad, destruyen cotidianamente, por imperativo doctrinario, la fraternidad redentora.
También en nuestras clases en la Universidad Católica, gustamos contraponer – didácticamente - la imagen de San Francisco a la de Madame de Pompadour, la culta y bella  amante de Luis XV, a quien se atribuye la frase "Después de nosotros, el diluvio". El inmediatismo   profundamente egoísta del humano encerrado en el efímero transcurso de una vida.
Ciertamente la Humanidad camina por la senda de Madame de Pompadour. Todos los días, nuestra civilización consumista, petrolera, agresiva, construye la inminencia del Gran Diluvio.
Entretanto, desde Roma, nos  llegan renovadas las palabras salvadoras  del Mínimo, del Menor, del Hermano Francisco…"Laudato si…"
El que tenga oídos para oír que oiga.

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